
Cariño, dejémonos de formalidades y pongámonos a follar
Mi marido y yo somos un matrimonio chapado a la antigua, cada mañana cuando nos levantamos nos servimos un café caliente y nos pasamos la mañana sentados...
El restaurante estaba a punto de cerrar y ya solo quedaba un cliente dentro, uno que por cierto se había tomado una botella de champán él solo. Estaba tan «contento» que hasta se animó a compartir su alegría con una de las camareras, la cual no dudó en seguirle el juego y en quedarse a solas con él en el restaurante mientras el resto de compañeros ya se habían ido a sus casas. El caso, es que después de algún que otro brindis y de echarse champán por encima, aprovecharon el calentón para tener juntos una follada sin ningún tipo de compromiso en el que hubo mucho sexo oral.
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Antes de irse al trabajo, el hombre de la casa llamó a un fontanero cualquiera para que se encargara del problema que había con las tuberías en la cocina,...
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